A menudo se acusa a Marvel Studios de no arriesgar, en este caso creo que es una de esas afirmaciones injustas que suelta el fan medio sin darse cuenta de lo difícil que es dar un film de este presupuesto a un director tan especial como Waititi, un hombre que no se queda corto al hacer humor sobre el martillo de Thor o sobre el miembro viril de Hulk, e incluso así, logra dar en el clavo con el film. Puede que no todos los chistes funcionen, pero debajo de los golpes, explosiones, chascarrillos, inconsistencias en la trama y demás, existe la sensación de que estos personajes están vivos y eso es un triunfo hoy, cuando el cine se ve cada vez más hipertrofiado por los efectos especiales y menos por sus tramas y los sentimientos de sus personajes.
El mejor ejemplo de que estas películas ya no son para tomarse en serio, hay que abordarlas como lo que son, meros productos de entretenimiento sin más, no hace falta comprender si la saga de Thor tiene una esencia, si en los comics es pura solmenidad, si los personajes no fueron bien abordados, todo eso ya no importa. La cuestión aquí fue hacer una película entretenida, con humor omnipresente y eso funciona con el espectador.
No obstante, para esos fans masoquistas que buscan películas serias, solemnes y severas, esta no es su película. Y lo lamento. Muchos piensan que todo esto es un acercamiento al estilo de Guardianes de la Galaxia y, aunque creo que no es así, si lo fuese, ya sería un acierto, porque Thor: Ragnarok es el equivalente a la lectura de aquellas miniseries de Marvel, coloridas y llenas de humor, donde todo es posible, donde cualquier personaje del multiuniverso puede aparecer. Eso sí, el sentido del humor, imperante en la mayoría de las películas de Marvel, ve aquí su punto más álgido con un director, Taika Waititi especializado en el cine cómico sui géneris.
¿Me gustó? Sí. Porque estamos ante una obra entretenida, ligera, que te desconecta del mundo por dos horas. No me estoy desquitando tanto con ella porque es divertida; pero si hay que señalar que el cine de superhéroes ya no tiene sustento, está experimentando una bajada de calidad bestial, cuando podría regalar auténticas maravillas. Se está relajando y ofreciendo películas sin riesgo ni alma que palidecen con las que sacaban en un principio. A mí, esto me duele más todavía, pues aquel amante del cine que no lea las historietas pensará: “Ah, claro, los guiones de las de superhéroes son flojos porque están basadas en cómics”. Y NO es así. Los cómics pueden ser tanto o más buenos que cualquier novela y no merecen ser desprestigiados de esta forma.
¿Veredicto final? Divertida, sí.
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